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"En el corazón de todos los inviernos, vive una primavera palpitante y detrás de cada noche viene una aurora sonriente" Khalib Gibran

lunes, 12 de febrero de 2018

LOS HUNOS Y LOS OTROS

Incandescente, florecido y renacido en busca de un indicio, de una esquirla de maldad o un átomo de bondad. Llego tan tarde que hace tiempo que me cortaron la cabeza; la reina de corazones necesita una escalera para ganar al as. Mientras grito irisado, tornasolado, por enésima vez me confunden con el otro yo, ese que usted dice, no soy yo. Permanezco ausente con la boca abierta dentro de una fuente con cuatro caños: uno da miel, otro da vino, otro da agua y otro ambrosía; sin saber cuál elegir. Los toros galopan, los caballos resoplan, las luciérnagas alumbran la sangre derramada del mejor hermano. Más tarde que temprano me estallará el corazón ensortijado, rebelde y profundo, prófugo de la realidad, amante de la verdad, cautivo de ciertos ojos que miran a otro lado.La belleza profunda no necesita que la escondan, surge de los ojos profundos de los muertos desde sus fotografías. Un estallido profundo, un soplo de aire de aquella boca. A buenas horas mangas verdes, es demasiado tarde para el amor, sigue siendo muy pronto para el dolor. He llegado tarde y he vuelto a perder la cabeza. No hay más certeza que la inocencia, la hidrofobia, la fotofobia, la agorafobia de salir del útero y que te metan una hostia. Disertando disiento y me encuentro hablando solo, sólo dentro de mí estoy yo , sólo yo me siento cuando no siento mi propio contacto, cuando mi piel no siente mi propia piel. Todo lo que quería conocer, todo cuánto quería saber ya lo sé y sólo sé que no sé nada de la vida, de vivir. En un extremo la sangre latiendo en una caverna de silencio extremo y a los lejos , gritando, los jinetes de la llanura. Hunos , dentro de otros como sexos en un espejo. Se miran y huyen de sí, hacia sí para sí, del diablo que han visto en sí que no deben ni pueden dejar salir. Un poema vale más que mil palabras vacías; justifica una vida que galopa hacia la muerte. Atila a las puertas de Roma enamorado de tanta belleza que se niega a destruir. He conquistado el mundo a lomos de mi caballo, estoy tan lejos de casa que no quiero regresar.

David



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