Una vez comenzada la visita pudimos apreciar en primer lugar uno de los mentideros de la época, también usado como cárcel, con un ángel en lo alto del edificio. De ahí que surgiera el dicho de "dormir bajo el ángel" o sea ir al talego. Lugar que frecuentaron nuestroa amigos visitados, Lope, Quevedo, Góngora y por su puesto Cervantes. Luego continuamos por la Plaza de Jacinto Benavente, que aunque no es de la época, si que ganó un premio nobel y es digno de mención. En este punto la guía incidió en las rivalidades entre los escritores de su tiempo, más propia del siglo de oro.
Entramos en un hotel que tenía unas ruinas en su interior, con algibes o sea la ruta del agua que va por debajo de Madrid. Después la Plaza de Santa Ana con sus estatuas a Lorca y Quevedo. Un lugar idóneo para tomar una tapa. También nos pasamos por el convento de clausura de Las Trinitarias, donde nos instruyeron sobre la vida de Cervantes. Trasladándose de un sitio a otro a lo largo de su vida. Allí se encuentra su tumba con otras dieciséis personas. Justo cuando la guía explicaba la clausura salían dos monjitas del edificio, dejándola en evidencia. Y al preguntarles cómo era eso las monjitas respondieron,Si pero al médico sí hija.
Luego nos dirigimos al barrio de las letras donde vivieron Lope, Quevedo y Góngora todos vecinos. Nos contó un montón de anécdotas, como que Lope tuvo quince hijos con diferentes mujeres y él no tuvo problema económico,
Y así concluyó la visita interesantísima. Con la comida en La Castellana de nuestro buen bocadillo después del largo paseo.
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