McGregor, el cangrejo
pensando que podía llegar a viejo
sin poder ver dónde le llevaban sus pisadas
sin saber qué cosas le esperaban.
Fue a ver a un tal Merlín
que de nombre no es Leroy
pero que es, sin duda, el mejor de todos los magos
o al menos hasta hoy.
"No quiero llegar a viejo sin tener un rumbo
sin saber a dónde me llevan mis pies
quiero que halles el remedio
ser igual que todo el mundo
no vivir tan solo viendo el ayer".
"Yo tengo la solución"
-le dijo el mago al cangrejo-
y se fue a poner un gran imán muy, muy, muy lejos
y luego una chapa en su entrecejo.
Y McGregor comenzó
a caminar "pa'lante" tan contento
atraído por aquel potente magnetismo
mas nunca llegó
murió de viejo en el intento.
Al imán le pusieron un nombre: Polo Norte
cualquier brújula te indica cómo ir
desde entonces la gente que se siente perdida
tiene al menos un rumbo que seguir.
Josías
