El pasado 4 de noviembre, el C.R.P.S.L. organizó una excursión al hayedo de la tejera negra, cerca del pueblo de Cantalojas, (Guadalajara). Los usuarios del centro y los monitores salimos del C.R.P.S.L. a las 9´15 de la mañana con destino a Cantalojas. El viaje duró dos horas aproximadamente y fue un poco pesado. Cuando llegamos al hayedo bajamos del autobús y hacia mucho viento frío, dejamos las mochilas en el autobús y emprendimos una ruta de 6 kilómetros. La caminata fue agradable y no nos cansamos mucho, excepto una cuesta que esta un poco empinada, por lo demás todo bien. El campo estaba precioso lleno de hayas con las hojas marchitas apunto de caer que daba al monte tono colorido y bonito. También esta el río que pasaba por allí cerca, no llevaba mucho agua pero estaba cristalino. Cuando concluimos la ruta comimos en la pradera donde nos dejo el autobús, unos buenos bocadillos y refrescos nos saciaron el apetito. Más tarde emprendimos el viaje de vuelta y paramos en Cantalojas a tomar un café, y después el autobús nos trajo a casa sanos y salvos.
Gustavo y Jesús
El pasado 4 de noviembre, el C.R.P.S.L. organizó una excursión al hayedo de la tejera negra, cerca del pueblo de Cantalojas, (Guadalajara). Los usuarios del centro y los monitores salimos del C.R.P.S.L. a las 9´15 de la mañana con destino a Cantalojas. El viaje duró dos horas aproximadamente y fue un poco pesado. Cuando llegamos al hayedo bajamos del autobús y hacia mucho viento frío, dejamos las mochilas en el autobús y emprendimos una ruta de 6 kilómetros. La caminata fue agradable y no nos cansamos mucho, excepto una cuesta que esta un poco empinada, por lo demás todo bien. El campo estaba precioso lleno de hayas con las hojas marchitas apunto de caer que daba al monte tono colorido y bonito. También esta el río que pasaba por allí cerca, no llevaba mucho agua pero estaba cristalino. Cuando concluimos la ruta comimos en la pradera donde nos dejo el autobús, unos buenos bocadillos y refrescos nos saciaron el apetito. Más tarde emprendimos el viaje de vuelta y paramos en Cantalojas a tomar un café, y después el autobús nos trajo a casa sanos y salvos.
ResponderEliminarFdo. Gustavo y Jesús Martín